29 Jan Como evitar las lesiones por caídas en los adultos mayores

Es común que a mayor edad aumente el riesgo de caídas, sobre todo en las edades entre los 65 y los 80 años se vuelve aún más grave no solo sufrir este accidente sino las consecuencias posteriores como originar algún tipo de traumatismo o provocando la pérdida de la autonomía del adulto mayor.

Las caídas en los ancianos suelen estar causadas por diferentes factores, entre los que destacan:

Dificultad motriz. Esta puede presentarse al perder masa muscular y con esto, pérdida de estabilidad de extremidades inferiores trayendo consigo falta de equilibrio y dificultad para caminar. Realizar una caminata diaria de 30 minutos al día puede ayudar a mejorar el equilibrio. En caso de que el adulto mayor sufra algún problema de salud, será necesario acudir primero al médico para que este recomiende con qué moderación se debe realizar el ejercicio, un padecimiento común que puede padecer es la osteoporosis, también es necesario que el médico indique si se requiere el consumo de calcio o Vitamina D.

Visión reducida. Los problemas de visión son muy comunes en la tercera edad, esto es directamente un problema al percibir las dimensiones y cercanía de las cosas y los espacios y por consecuencia puede provocar alguna caída. Es importante realizar una visita gradual al oftalmólogo para llevar el aumento adecuado y evitar problemas de visión.

Efectos secundarios de los medicamentos. Estos pueden afectar a la visión y a la estabilidad del movimiento de las personas mayores.

Además de padecimientos como la artritis, antecedentes de un accidente cerebrovascular con secuelas, enfermedad de Parkinson o deterioros cognitivos como la demencia pueden traer problemas de movilidad que conlleven a constantes caídas.

Es necesario vigilar el estado de salud de las personas mayores para controlar las patologías que puedan desencadenar una caída. Controlar la presión arterial, así como un seguimiento al deterioro de los músculos y las articulaciones nos dará tiempo de ventaja para posteriormente tratar con rehabilitación o terapia física los problemas que pueda haber. Además, es muy importante hacer las adaptaciones necesarias en los entornos donde se desplazan las personas mayores, instalación de barandales, rampas y pasamanos reducirán los incidentes.

Otro aspecto que no se debe pasar por alto es la iluminación del hogar. Muchas caídas ocurren por una visión deficiente en pasillos o habitaciones con poca luz. Asegurarse de contar con una buena iluminación, especialmente en escaleras y baños, puede hacer una gran diferencia. Asimismo, es recomendable colocar alfombras antideslizantes y evitar superficies resbaladizas.

Por otro lado, el calzado también juega un papel importante en la prevención de caídas. Es importante que las personas mayores utilicen zapatos con suelas antideslizantes, de preferencia cerrados y bien ajustados al pie para evitar tropiezos. Las zapatillas demasiado flojas o con suelas muy lisas pueden aumentar el riesgo de caídas dentro y fuera del hogar.

Otro factor que se debe tomar en cuenta es la hidratación y la alimentación. Una dieta equilibrada y una correcta ingesta de líquidos pueden prevenir mareos y desmayos, que pueden derivar en caídas. La deshidratación en los adultos mayores es común y puede provocar debilidad muscular y confusión, aumentando el riesgo de accidentes.

Aparte de los factores físicos y ambientales, también es crucial considerar la salud emocional y mental de las personas mayores. La ansiedad y la depresión pueden reducir la confianza en sí mismos y hacer que se muevan con mayor torpeza o miedo a caer, lo que paradójicamente puede aumentar las probabilidades de sufrir una caída. Mantener una actitud positiva, incentivar la actividad social y promover el ejercicio físico son claves para prevenir este tipo de incidentes.

En este sentido, los programas de ejercicio físico adaptado para adultos mayores pueden ser de gran ayuda. Actividades como el tai chi o el yoga han demostrado ser eficaces para mejorar el equilibrio y fortalecer los músculos, reduciendo el riesgo de caídas. Incluso ejercicios simples como levantarse y sentarse de una silla varias veces al día pueden marcar una diferencia significativa en la estabilidad de una persona mayor.

Asimismo, es recomendable que los adultos mayores realicen chequeos médicos regulares para detectar cualquier condición de salud que pudiera aumentar el riesgo de caídas. Un examen de audición también puede ser beneficioso, ya que problemas en el oído interno pueden afectar el equilibrio. Además, el uso de dispositivos de apoyo, como bastones o andadores, puede proporcionar mayor seguridad al caminar y prevenir accidentes.

El apoyo de familiares y cuidadores es fundamental para garantizar un entorno seguro y reducir el riesgo de caídas. Es importante que los adultos mayores reciban orientación sobre cómo moverse con precaución dentro de su hogar y en espacios exteriores. Además, programas de educación sobre prevención de caídas pueden ayudar a generar conciencia sobre los peligros y las medidas de seguridad necesarias.

La tecnología también puede jugar un papel importante en la prevención de caídas. Existen dispositivos de monitoreo y alarmas médicas que pueden alertar a los familiares o servicios de emergencia en caso de una caída. Estas herramientas pueden brindar tranquilidad tanto a los adultos mayores como a sus seres queridos, asegurando una respuesta rápida en caso de accidente.

Finalmente, también es importante fomentar la comunicación entre los adultos mayores y sus familiares o cuidadores. Ellos deben sentirse seguros para expresar cualquier dificultad que tengan al moverse o cualquier temor que experimenten al desplazarse. Estar atentos a sus necesidades y brindarles apoyo en todo momento contribuirá a mejorar su calidad de vida y reducir el riesgo de caídas.

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