03 Sep Mascotas, hoy y siempre, la mejor compañía
¿Quién puede evitar sonreír al ver a su mascota? Algunos estudios sobre el uso de perros con fines terapéuticos han demostrado el impacto que tiene su presencia en la salud y ánimo de las personas.
Tareas tan simples como pelar y cortar trozos de un bocadillo para dárselos a nuestro perro pueden resultar una actividad en la que nos involucramos enteramente y estimulará en nuestros abuelos sentimientos semejantes a los que sienten al responsabilizarse de un hijo. De esta forma, los síntomas vinculados al aislamiento y la soledad que pueden llegar a sentir los abuelos que viven solos disminuyen considerablemente.
Cuando el ser humano está en contacto con animales segrega oxitocina y endorfinas, y se reduce el ritmo cardiaco y la presión arterial. La presencia de un perro nos trae predisposición a generar pensamientos positivos, disminuye nuestro aislamiento y nos ayuda a expresar emociones, y compartir la experiencia. Se incrementa la capacidad de comunicación verbal y no verbal y la interacción social. Si el adulto mayor vive solo puede caer fácilmente en la apatía. Adoptar un animal de compañía le obliga a realizar rutinas diarias para cuidarlo, asearlo, jugar, alimentarlo y, en consecuencia, hacerse cargo de sí mismos. La persona se siente más útil e incluso, pueden aumentar las ganas de vivir y disminuir la ansiedad y la necesidad de medicación. Los animales permiten que las personas rían sus gracias, pero también que se rían de ellas mismas y de lo que las rodea.
Por otro lado, los cuidados que requieren estas mascotas y su alto grado de dependencia pueden llegar a ser muy demandantes en comparación con la energía de algunas personas mayores, sobre todo si son las únicas que están a su cargo. Si decides que un perro no es la mascota perfecta para el abuelo de la familia, aquí te recomendamos otras que nos roban tanto el corazón como nuestros queridos canes.
En los casos de movilidad reducida es conveniente adoptar un gato debido a la característica de sus cuidados. Este felino tiene una actitud muy independiente y adorable. Es un animal doméstico y tierno, su ronroneo tiene incontables beneficios para nuestra salud, e incluso el hecho de que algunos de ellos se pasen la mitad del tiempo ignorándonos hace que los queramos más.
Los gatos son animales fáciles de cuidar, pues no requieren paseos diarios ni una atención constante como los perros. Son ideales para personas mayores que no pueden salir de casa con frecuencia pero que aún desean la compañía de una mascota. Su comportamiento tranquilo y su capacidad para acurrucarse con sus dueños pueden generar una sensación de confort y bienestar. Además, los gatos son excelentes compañeros nocturnos, ya que suelen dormir junto a sus dueños y brindar calor y compañía en las noches solitarias.
Para aquellas personas mayores que buscan una opción de mascota aún más fácil de manejar, los peces pueden ser una alternativa ideal. Observar a los peces nadar en su acuario tiene un efecto relajante y puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. Además, los acuarios pueden ser una excelente decoración para el hogar y no requieren un mantenimiento diario intensivo. Solo se necesita asegurarse de que el agua esté limpia y proporcionarles alimento regularmente.
Otra opción para las personas mayores son los pájaros. Los canarios y periquitos, por ejemplo, pueden alegrar el hogar con su canto y su presencia animada. Estas aves requieren un cuidado básico, como limpieza de su jaula y alimentación diaria, pero no demandan la misma atención que un perro o un gato. Para los adultos mayores que disfrutan de la música y los sonidos armoniosos, tener un pájaro puede ser una gran fuente de alegría.
Los roedores también pueden ser una excelente opción de mascota para los adultos mayores. Hamsters, cobayas y conejos son animales pequeños que requieren poco espacio y son fáciles de cuidar. Son cariñosos y pueden brindar compañía sin la necesidad de grandes esfuerzos. Además, interactuar con estos pequeños animales puede ser una fuente de entretenimiento y distracción.
Hay cientos de motivos para estar cerca de algún animal. Nos hacen mejores personas y la soledad se vuelve cosa del pasado. Sin importar la edad ni la situación, dejarse acompañar por una mascota nos cambia la vida. La interacción con un animal nos da alegría y nos motiva a seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles. Además, el vínculo entre una persona y su mascota puede ser tan fuerte que se convierte en una relación de amor incondicional.
Para aquellas personas mayores que no pueden permitirse el cuidado de una mascota a tiempo completo, existen alternativas como el voluntariado en refugios de animales. Pasar tiempo en estos lugares permite interactuar con animales sin la responsabilidad de tenerlos en casa. También existen programas de terapia con animales en los que los adultos mayores pueden beneficiarse del contacto con perros, gatos y otros animales en entornos controlados y seguros.
Otra opción para disfrutar de la compañía animal sin el compromiso de la tenencia es recurrir al “alquiler” de mascotas por cortos periodos. Algunas organizaciones ofrecen la posibilidad de que los adultos mayores pasen tiempo con animales sin la necesidad de cuidarlos permanentemente. Esto permite disfrutar de los beneficios emocionales y físicos de la interacción con animales sin preocupaciones a largo plazo.
Las mascotas no solo son una fuente de alegría y bienestar emocional, sino que también pueden tener beneficios físicos. Sacar a pasear a un perro, por ejemplo, fomenta el ejercicio y ayuda a mantener una rutina saludable. Incluso actividades como acariciar a un gato o alimentar a un pez pueden generar un sentido de propósito y responsabilidad.
En conclusión, la compañía de una mascota es una de las mejores maneras de mejorar la calidad de vida de una persona mayor. Ya sea un perro, un gato, un pez, un pájaro o incluso un roedor, cada uno de estos animales tiene algo especial que ofrecer. La conexión entre los humanos y los animales es única y poderosa, y puede marcar una diferencia significativa en la vida de los adultos mayores. Así que, si tienes la posibilidad de compartir tu vida con una mascota o ayudar a un ser querido a encontrar una, no dudes en hacerlo. La felicidad que brindan es inigualable y su amor es incondicional.